Algunos de los principales platillos típicos de Durango son: el popular caldillo, sopa preparada con carne seca y chiles; las carnes adobadas; y el queso de Durango, uno de los ingredientes principales del caldillo. El lomo de puerco sazonado con vino blanco y miel de agave es otra deliciosa opción muy popular en la región. Las gallinas borrachas preparadas con vegetales, jamón y chorizo, junto con el asado de venado con jamón, chorizo, pasas y almendras son otras deliciosas tentaciones que ofrece la cocina duranguense.
Durango se caracteriza por tener postres exquisitos, lo cual resulta excelente después de haber probado cualquiera de los platillos anteriores de sabor fuerte. Algunas opciones son el dulce de nuez y almendra o el popular postre de huevo, que se prepara con migajas de pan dulce horneado, leche y azúcar. También están los mostachotes o dulces de novia que se preparan con dulce de leche y nuez, además de los tradicionales merengues que comúnmente son agregados a las copas de helado.
Tradiciones y Costumbres
En la región de los Valles, las ferias regionales son
frecuentes en el estado de Durango tales como: las ferias de la manzana en
Canatlán y de la nuez en San Juan del Río. La Feria Nacional en la Ciudad de
Durango, la cual conmemora la fundación de la capital. También son famosas
algunas festividades religiosas, como La Sauceda en Canatlán; El Nayar; la
Sierra de Gamón, en Guadalupe Victoria; y El Tizonazo, en Indé.
En la región de la Sierra, en la mayoría de los pueblos se
conserva la tradición de festejar al santo patrono del lugar. En algunos de
ellos se presentan pastorelas y coloquios en las fiestas de Navidad y Año
Nuevo. También se acostumbra celebrar el aniversario de la fundación de los
ejidos y comunidades.
En la región de las
Quebradas existen costumbres, tradiciones y leyendas muy interesantes. Cada año
en casi todas las poblaciones se celebran fiestas patronales. Durante ellas,
los habitantes tienen oportunidad de conocerse mejor y de mostrar a los visitantes
su carácter amable y su hospitalidad.
Entre la música indígena, los tepehuanes continúan
manteniendo viva la tradición del mitote, baile de carácter principalmente
ceremonial; éste dura cinco días normalmente y se realiza tres veces al año: En
el mes de febrero, para pedir por la salud de todos; en mayo, para que lleguen
las lluvias y en el mes de octubre, para la bendición de los primeros elotes y
el agradecimiento de las buenas cosechas.
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